FAMILY BY CHOISE 

Título en Coreano: 조립식 가족

Actores: Hwang In Yeob, Jung Chae Yeon, Bae Hyun Sung, Choi Won Young, Choi Moo Sung

Personajes principales: Kim San Ha, Yoon Joo Won, Kang Hae Joon, Yoon Jeong Jae, Kim Dae Uk 

Capítulos: 16

Cadena: JTBC

Género: Romance, Comedia, Familiar, Juvenil

Año transmitido: Octubre 2024

Sinopsis: Un romance juvenil sobre dos hombres y una mujer que no tienen parentesco consanguíneo pero que se trataron como familia durante su adolescencia y cómo se reencuentran después de 10 años.

CONCLUSIONES

Contiene Spoiler

Comencé a ver este drama por dos razones en específico: la primera, por el actor principal Hwang In Yeob, y la segunda, por la sinopsis, que me pareció interesante. Lo curioso es que mencionaba que los protagonistas habían sido criados como hermanos, pero se separaron durante 10 años y se reencontraron. Sin embargo, no explicaba ni el motivo de la separación ni cómo se dio el reencuentro, lo cual generó muchas preguntas en mi mente. Por ejemplo, nunca se especifica en qué momento exacto se separaron: ¿fue cuando eran adolescentes o cuando estaban en secundaria? ¿Por qué dejaron de vivir juntos de repente? La sinopsis planteaba varias incógnitas, pero aun así me atrajo la idea, especialmente por ver al queridísimo Hwang In Yeob actuando.

La historia comienza con la familia de Kim San Ha mudándose a una nueva ciudad, cerca de Busan. Venían de Seúl, aunque al principio no se explica por qué. La madre de San Ha parecía estar constantemente molesta, tratándolo mal y siendo grosera con su esposo. De repente, un día ella decide abandonar la casa. En esta nueva ciudad, la familia comienza a vivir en un complejo de apartamentos donde también reside Yoon Joo Won, quien intenta ser amiga de San Ha y hacer que sus respectivos padres se lleven bien.

Un día, la madre de San Ha, en un arrebato emocional, decide “regalar” a su hijo frente a él mismo, diciendo que se lo deja a Yoon Joo Won. La razón detrás de esto era una tragedia ocurrida en Seúl: la hermana menor de San Ha murió ahogada cuando él tenía unos 8 años. Aunque él hizo todo lo que sabía en ese momento —llamar a emergencias y tratar de mantenerla consciente—, no pudo salvarla. Esto dejó a su madre traumatizada, incapaz de superar la pérdida, y culpó a su hijo por el incidente. Por ello, decidió “deshacerse” de él, dejándolo al cuidado de la familia de Joo Won.

El padre de Joo Won había tenido una cita a ciegas organizada por una empleada de su restaurante, pero la cita no resultó como esperaba. De todos modos, terminó con el hijo de esa mujer, Kang Hae Joon, viviendo con ellos. Así, los tres niños —Yoon Joo Won, Kang Hae Joon y Kim San Ha— comenzaron a convivir y prácticamente crecieron juntos, aunque técnicamente San Ha vivía en el apartamento de arriba con su padre.

Desde pequeños, los tres compartieron todo: Asistían a la misma escuela y pasaban casi todo el tiempo juntos. Para Joo Won, ambos chicos eran sus hermanos, y siempre buscaba unidad familiar. Incluso insistía en que los demás no los molestaran por no tener el mismo apellido. Sin embargo, cada uno cargaba con sus propios traumas:

1. Kang Hae Joon: Se convirtió en un talentoso jugador de baloncesto, pero vivía con la constante esperanza de que su madre regresara algún día a buscarlo. Aunque se sentía querido por su padre y aceptado en el nuevo entorno, esa incertidumbre lo atormentaba.

2. Kim San Ha: Era el más maduro de los tres debido a su difícil pasado. Cargaba con la culpa de la muerte de su hermana y el abandono de su madre, lo que lo hizo comportarse de manera muy seria y responsable. Aunque intentaba no causar problemas, vivía con un vacío emocional.

3. Yoon Joo Won: Aunque parecía ser la más despreocupada, buscaba desesperadamente validación social y familiar. Desde niña tuvo que lidiar con comentarios hirientes sobre no tener una madre y cómo eso supuestamente afectaba su comportamiento. Aunque tenía a su padre, los prejuicios sociales la marcaron profundamente.

La dinámica entre los tres era muy bonita; se cuidaban mutuamente y compartían una relación cercana y genuina. Sin embargo, al llegar a la adolescencia, los traumas de su infancia comenzaron a pesar más, algo común en esa etapa de la vida.

El drama se vuelve más interesante cuando los adultos comienzan a interferir. Por ejemplo, la madre de San Ha reaparece queriendo llevárselo a Seúl porque ahí que vivir como “una familia” y se prepare para la universidad. Por otro lado, el padre biológico de Kang Hae Joon aparece con intenciones egoístas, buscando utilizarlo para beneficio propio. La madre de Kang también hace una breve aparición, pero sin mostrar interés real en su hijo. Todo esto amenaza la estabilidad y la paz que los tres chicos habían construido juntos.

Entonces, los dos estaban claros en que iban a continuar juntos. Esto también tranquilizó a Yoon Joo Won, al saber que no se separaría de ellos. Sin embargo, ocurrieron diversas circunstancias.

Una de ellas fue que, mientras regresaba a Seúl, la madre de San Ha sufrió un accidente de tráfico. En este accidente, el hombre con el que estaba casada falleció, y ella quedó gravemente herida, perdiendo temporalmente la movilidad en las piernas. Afortunadamente, su hija menor, que estaba con ellos, no resultó gravemente herida. Ante esta situación, y al no tener quién la cuidara, San Ha decidió mudarse a Seúl para hacerse cargo de su madre y su hermana. Su padre no podía asumir este rol debido a su trabajo, así que San Ha se convirtió en su único apoyo. Lo que inicialmente parecía una situación temporal terminó extendiéndose por 10 años.

Por otro lado, Kang Hae Joon comenzó a sentirse como una carga para su padre adoptivo. Observó cómo su padre extendía sus horarios de trabajo en el restaurante para ahorrar dinero y costear sus estudios universitarios, además de apoyarlo en su carrera como jugador de baloncesto. Kang, al no ser su hijo biológico, sentía que estaba limitando muchas cosas en la vida de su padre. Por este motivo, decidió aceptar la propuesta de su padre biológico de irse a Estados Unidos para estudiar. En teoría, su estadía sería solo durante el tiempo que duraran sus estudios, unos cinco años como mucho, pero esto también terminó alargándose.

Por estas decisiones, Yoon Joo Won se sintió abandonada por ambos. Aunque inicialmente prometieron mantenerse en contacto mediante videollamadas y mensajes, con el tiempo las comunicaciones se hicieron menos frecuentes. Ya fuera por las circunstancias personales de cada uno, el desgaste natural de la distancia o la pérdida de interés, la conexión se fue diluyendo. Esto dejó a Yoon Joo Won con un sentimiento de abandono profundo.

Diez años después, ambos regresaron. San Ha volvió como médico, terminando sus prácticas, mientras que Kang Hae Joon regresó sin revelar mucho sobre lo que había sucedido con su padre biológico ni por qué había dejado el baloncesto. No se mencionaba si había jugado profesionalmente o qué lo motivó a regresar.

Esto trajo consigo secretos y conflictos entre los tres. San Ha, antes de irse a Seúl, había dejado en claro a Yoon Joo Won que no eran hermanos, aunque ella insistía en que lo eran. Él le decía esto porque, en realidad, tenía sentimientos por ella y no quería que ella lo viera únicamente como un hermano, lo que dificultaba expresar lo que realmente sentía.

El drama aborda temas muy interesantes, como los traumas de la infancia que moldean la personalidad y cómo estos evolucionan con el tiempo. También explora la idea de cómo las dinámicas familiares pueden ser tóxicas. En el caso de San Ha, su relación con su madre era extremadamente dañina. Ella seguía culpándolo por la muerte de su hermana menor, lo que generaba un ambiente insostenible. Por su parte, Kang Hae Joon enfrentaba las secuelas de un accidente que le impidió continuar con su carrera de baloncesto, algo que no quería admitir ni compartir con los demás.

Es notable cómo estos jóvenes adultos, además de lidiar con los problemas propios de su edad, aún cargaban con las heridas emocionales de su infancia. Esto refleja una realidad muy humana: cómo las experiencias de la niñez pueden seguir afectando en la vida adulta si no se tratan adecuadamente.

A medida que los tres se reencuentran, se enfrentan a los conflictos y desconexiones que los años de distancia habían generado. Sin embargo, también comienzan un proceso de sanación, compartiendo sus experiencias y ayudándose mutuamente a superar sus traumas. Poco a poco, reconstruyen su dinámica, apoyándose como una verdadera familia, aunque no compartan lazos de sangre ni apellidos.

El drama también muestra cómo este proceso de sanación no solo los afecta a ellos, sino también a sus padres. Ellos comienzan a cerrar ciclos, enfrentar sus errores y seguir adelante. Es una historia que resalta la importancia de las conexiones humanas y cómo las familias pueden tomar muchas formas, más allá de los lazos biológicos.

El mensaje central es esperanzador: por más difíciles que sean los problemas, siempre hay una salida, y contar con una red de apoyo, ya sea familiar o de amigos, puede marcar la diferencia. La historia es muy realista y emotiva, mostrando cómo las personas pueden encontrar paz y felicidad al aceptar sus circunstancias, sanar sus heridas y construir relaciones significativas basadas en el respeto y el apoyo mutuo.