HEAD OVER HEELS

 

Título en Coreano: 견우와 선녀

Actores: Cho Yi Hyun, Choo Yeong Woo, Choo Ja Hyun, Cha Kang Yoon, Kim Mi Kyung

Personajes principales: Park Sung Ah, Bae Gyeon Woo, Yeom Hwa, Pyo Ji Ho, General Dongcheon 

Capítulos: 12

Cadena: Tvn

Género: Romance, fantasía

Año transmitido: 2025

Sinopsis: Park Sung Ah es una estudiante de secundaria, pero, por la noche, es una chamán llamada Fairy Cheonji. Cuando trabaja como chamán, se cubre parcialmente la cara para ocultar su identidad. Es famosa como Fairy Cheonji y está ocupada trabajando con sus clientes que vienen a preguntar sobre su futuro, fortuna, enfermedades y otras cosas. Una noche, Bae Gyeon Woo y su abuela vienen a visitar a Fairy Cheonji. Park Sung Ah se enamora de él a primera vista, pero ve que está destinado a morir pronto. Al día siguiente, Bae Gyeon Woo aparece frente a ella como un nuevo estudiante transferido en su clase. Ella decide salvarlo de su destino.

CONCLUSIONES

Contiene Spoiler

Este drama me atrajo básicamente por dos razones.

La primera: el tema de los chamanes. Siempre me ha parecido muy interesante este tipo de historias que exploran el mundo espiritual.

La segunda: el hecho de que la sinopsis mencionaba que el protagonista tenía los días contados, que iba a morir. Y claro, uno piensa: “Es el protagonista, no va a morir… aunque, bueno, hay historias en las que pasa”. Así que me pregunté: ¿Cómo van a manejar esto? ¿Por qué dicen que va a morir? ¿Por qué atrae la muerte? Esa curiosidad me hizo empezar a verlo.

Además, los posters y las pequeñas escenas del teaser que alcancé a ver me parecieron muy atractivos visualmente. Desde el primer capítulo, cuando llega Bae Gyeon Woo, la chamán Park Sung Ah se enamora de él, tal como lo dice la sinopsis. Aquí empieza una parte clave de la historia: cuando un chamán ve que una persona morirá pronto, no la percibe caminando normalmente, sino caminando de cabeza. Así fue como ella supo que él tenía la muerte cerca.

Esa premisa, unida a la parte romántica, me enganchó aún más. Ella no solo quería salvarlo porque lo había visto y se había enamorado a primera vista, sino porque, siendo chamán, ya lo había visto en sueños. Y en su caso, los sueños eran premonitorios. En ellos, él no era solo su primer amor, sino su persona especial, aquella con la que se veía en el futuro. Por eso no era una simple obsesión juvenil: era una misión personal y espiritual salvarlo.

También quería entender por qué tenía el tiempo contado, por qué la muerte lo rondaba. La historia nos muestra que él había perdido a su abuela, la única persona que lo quería de verdad, ya que sus padres y familiares lo rechazaban. Venía de una familia acomodada, pero creían que él traía mala suerte, que era “la muerte andante”.

En el pasado, incluso había cambiado de colegio después de un accidente, y aunque no lo culparon directamente, él mismo se sentía responsable. Así que, cuando murió su abuela, él lo asumió como otra tragedia causada por su mala fortuna. Esto lo llevó a pensamientos muy oscuros, al punto de considerar quitarse la vida.

En el mundo del chamanismo, estos pensamientos se representan como la presencia de un ser espiritual oscuro. Cuando Sung Ah lo vio, decidió convertirse en una especie de amuleto humano para alejar a esa entidad de él. Con la ayuda de Pyo Ji Ho, amigo de Gyeon Woo y luego también de Sung Ah, lograron poco a poco alejar esa oscuridad… hasta que desapareció por completo. Fue una victoria importante, pero solo la primera de muchas batallas.

En paralelo, la historia introduce a Yeom Hwa, quien en el pasado había sido la chamán de la casa donde vivía Sung Ah. Ella era una figura poderosa, pero había cruzado al “lado oscuro” del chamanismo. Su tragedia personal fue perder a su hijo cuando aún era un bebé, y culpó de ello a la General Dongcheon, a quien consideraba casi una madre. Movida por la ira y el resentimiento, Yeom Hwa buscó crear un dios de la oscuridad, un ente formado a partir de almas que no habían cruzado y que cargaban rencores.

Para lograrlo, unió su sangre con este ser, creyendo que así podría controlarlo. Su objetivo era utilizar a Gyeon Woo como recipiente para este dios oscuro. Por eso, desde su infancia, él había atraído desgracias: no era solo “mala suerte”, sino parte del plan de Yeom Hwa. Esta mujer lo trataba con desprecio, lo humillaba y le hacía sentir que no valía nada, lo que marcó profundamente su vida. Por eso él desconfiaba tanto de los chamanes.

Con el tiempo, el dios oscuro logró entrar en el cuerpo de Gyeon Woo, compartiendo espacio con su alma. Al principio iba y venía, pero cada vez lo absorbía más, borrando poco a poco su esencia. Si eso continuaba, él desaparecería por completo. Sung Ah, con sus grandes habilidades chamánicas y espirituales, luchó por expulsar al ser oscuro, frustrando una y otra vez los planes de Yeom Hwa.

Esto llevó a un enfrentamiento final: Yeom Hwa intentó un ritual extremadamente peligroso en el que, al estar su vida ligada al dios oscuro, cualquiera de las dos partes podía morir. Sin embargo, la General Dongcheon intervino, sacrificándose para que ni Sung Ah ni Gyeon Woo murieran en ese momento. Este sacrificio fue profundamente doloroso: La general había sido como una madre para Sung Ah, cuidándola desde que sus padres intentaron aprovecharse de sus dones. La muerte de la general dejó un vacío enorme, y lo más frustrante fue que Yeom Hwa no aprendió nada de lo ocurrido, continuando con su odio y culpando siempre a otros.

En el clímax, Sung Ah tuvo que entrar al mundo espiritual para seguir luchando. El dios oscuro terminó poseyéndola, y su alma empezó a fragmentarse. Si no se expulsaba pronto a ese ser, ella nunca regresaría. La tensión se mantuvo hasta el último capítulo: el drama no da respiro, siempre hay un nuevo peligro o revelación.

Algo que disfruté mucho fue cómo mostraron los rituales chamánicos. No sé qué tan exacto sea respecto a la tradición real, pero me encantó ver las vestimentas, los bailes, las ofrendas y el simbolismo detrás de cada elemento: espadas, velas, figuras de dioses protectores, y cómo se cubren los ojos de las estatuas cuando no hay un chamán en casa. También se explicaba por qué algunas almas no cruzan, cómo se vuelven oscuras, y las distintas formas en que un buen chamán puede ayudar.

El detalle final que me conmovió fue la aparición de la General Dongcheon como fantasma, acompañada de su dios representativo —un general— y un ejército. Fue un cierre visualmente poderoso y emocionalmente intenso, que me dejó con lágrimas en los ojos.

Este drama me dio de todo: romance, bromance, acción, comedia, misterio, y una rica exploración cultural e histórica del chamanismo coreano. Me siento muy satisfecha porque recibí exactamente lo que esperaba… y más.