SPRING
OF YOUTH
Título en
Coreano: 사계의 봄
Actores: Ha Yoo
Joon, Park Ji Hoo, Lee Seung Hyub, Seo Hye Won, Jo Han Chul
Personajes
principales: Sa Gye, Kim Bom, Seo Tae Yang, Bae Gyu Ri, Jo Sang
Heon
Capítulos: 10
Cadena: Sbs
Género: Romance,
comedia, musical
Año transmitido: 2025
Sinopsis: Tras dejar su
exitosa banda de K-pop, Sa Gye busca un nuevo comienzo en la
universidad, donde forma una nueva banda y se enamora de Bom, una
estudiante de música con un pasado doloroso. Juntos, intentan sanar y redescubrir
su pasión por la música.
CONCLUSIONES
Contiene Spoiler
Este drama
podría describirse como uno de esos típicos relatos sobre la etapa en la que la
adolescencia se está quedando atrás y la vida universitaria comienza. Puede ser
el inicio de la carrera o estar a mitad de ella; es esa época en la que uno se
enfrenta a problemas propios de la vida universitaria. Y sí, podría decirse que
roza ciertos clichés, pero… ¡nos encantan los clichés!
Sin
embargo, lo que me atrajo de esta historia no fue precisamente el cliché. Me
atraparon dos cosas muy específicas. La primera: en la sinopsis no explicaban
claramente por qué Sa Gye, miembro de una banda extremadamente popular, decide
dejarlo todo de repente. Estamos hablando de un grupo que estaba en la cima, vendía
muchísimo y gozaba de un gran reconocimiento. ¿Por qué, de la nada, abandona
algo tan grande para ir a la universidad y retomar sus estudios, y además
formar una banda universitaria? Esa pregunta me intrigó demasiado.
La segunda
razón fue Kim Bom. En la descripción se mencionaba que ella era una persona con
heridas y dolores por sanar debido a su pasado. Eso me dio la sensación de que
habría un trasfondo interesante, más allá del típico romance universitario.
Entre la sinopsis y un teaser que tampoco revelaba demasiado, me encontré con
un drama juvenil, con música, sueños y un toque de misterio.
Dentro de
ese contexto, lo poco que se sabía de los personajes me hacía pensar que había
razones de peso para que terminaran juntos.
Todo
comenzó en una fiesta que el grupo celebraba tras un concierto exitoso: habían
vendido mucho y estaban en la cúspide. Sa Gye bebió bastante esa noche, y al
día siguiente se despertó sin recordar nada, con una resaca monumental —o, como
decimos aquí, “enguayabado”—.
De pronto,
su mánager apareció con una maleta y comenzó a empacar sus cosas personales. Lo
más extraño es que la maleta estaba llena de dinero. Le dijo que tenía que
irse. Sa Gye pensó que era una broma, sobre todo porque apenas horas antes
habían estado celebrando. Sin embargo, no lo era. Resulta que había un video en
el que él golpeaba al director, a quien consideraba casi un padre. No fue un
simple empujón: lo golpeó con tal fuerza que el hombre cayó por unas escaleras.
El director
estaba furioso, pero no tanto por el golpe, sino por lo que Sa Gye le había
dicho en ese momento. Y aquí viene el gran misterio: él no recordaba
absolutamente nada de la noche anterior. Fue expulsado del grupo sin más
explicaciones. El mánager le sugirió que, ya que estaba inscrito en la
universidad, se dedicara a eso.
Es en la
universidad donde conoce a Kim Bom y a Seo Tae Yang, junto con otros dos
integrantes que eventualmente formarían parte de la nueva banda: Una de
las chicas es prima de Bom y fan absoluta de Sa Gye. Con Tae Yang hubo tensión
desde el principio por dos razones: ambos eran guitarristas excepcionales (a
Tae Yang lo llamaban “el doble de Sa Gye”) y los dos estaban interesados en
Bom.
Formar la
banda no fue fácil. El director del antiguo grupo usó toda su influencia
para impedir que Sa Gye pudiera hacer música, llegando incluso a involucrar al
decano de la universidad. Sin embargo, a pesar de todos los obstáculos, la
banda siguió adelante. Entre ellos había química musical, aunque persistían los
choques entre los dos protagonistas masculinos por Bom.
El gran
interrogante era por qué el director quería destruirlo. Sa Gye no entendía cómo
alguien que lo había ayudado tanto podía cambiar de la noche a la mañana.
Cuando finalmente lo confrontó, el director le preguntó: “¿No recuerdas lo que
me dijiste?” Ahí vino la bomba: Sa Gye recordó, le dijo que sabia que el director había matado a
una persona.
Esto estaba
relacionado con algo más profundo: Sa Gye había recibido un trasplante de
córneas después de un accidente que casi lo deja ciego. Esas córneas resultaron
ser… las de la madre de Bom. Ella había muerto en un supuesto accidente de
tráfico en un día de tormenta, pero la verdad era mucho más oscura: el director
y un médico famoso —quien resultó ser el padre de Tae Yang— estuvieron
implicados en su muerte.
A través
del trasplante, Sa Gye empezó a tener visiones y recuerdos que parecían
provenir de la madre de Bom. Eran recuerdos muy íntimos, que se intensificaron
porque él terminó viviendo en la casa de Bom, junto con su tía y su prima. Esa
casa estaba llena de memorias de la madre de Bom, lo que despertó en él más
fragmentos de esa vida pasada.
Al
descubrir la verdad, entendió que la enemistad del director no era personal
“porque sí”, sino para encubrir un crimen. El médico y el director actuaban así
para protegerse, ya que la noche del accidente iban alcoholizados. Si hubieran
actuado con responsabilidad, podrían haber salvado a la madre de Bom, pero
prefirieron ocultarlo.
La historia
se complica aún más cuando la hija del director —que se llevaba bien con Sa Gye
y a quien él consideraba casi una hermana— le roba a Bom una canción muy
especial que había compuesto para su madre. Esto fue un golpe bajo y uno de los
momentos más tensos del drama.
Para colmo,
el director utilizó a Tae Yang como nuevo líder del grupo de Sa Gye,
aprovechándose de que Tae Yang se sentía desplazado y herido porque Bom y Sa
Gye ya eran pareja.
Todo esto
desató una serie de ataques y represalias de ambos lados. Ver a dos hombres
adultos, con poder e influencia, ir en contra de un universitario solo para
encubrir su pasado, me pareció brutal y cobarde.
Este drama,
aunque tiene la base típica de jóvenes persiguiendo sus sueños y formando una
banda, se desmarca gracias a estos matices misteriosos y al toque de fantasía
que aporta la conexión por el trasplante. No es solo música y romance; hay un
trasfondo de secretos, corrupción y justicia.
Me mantuvo
intrigada capítulo tras capítulo. Además, el desarrollo musical de la banda y
la forma en que enfrentaban los obstáculos me pareció inspirador. Me gustó cómo
mostraron que, aunque uno pueda perderlo todo de la noche a la mañana, siempre
hay formas de levantarse y luchar por lo que amas.
El final me
dejó satisfecha, no solo porque los protagonistas logran superar sus
conflictos, sino porque se expone la verdad sobre la muerte de la madre de Bom.
Y aunque hubo partes que quizás se manejaron de forma más ligera de lo que
esperaba, en general, fue una historia muy entretenida, con personajes
decididos a no dejarse pisotear por figuras de poder.
Para mí, es
un drama que logra equilibrar lo juvenil con lo serio, lo romántico con lo
misterioso, y lo musical con lo emocional. Y eso lo hace mucho más que “otra
historia universitaria con música”.
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